Desde hace tiempo he tenido la necesidad de escribir este articulo. Y creo que no solo satisfaré mi necesidad, sino que ayudará a muchos a tranquilizarse y a otros a derrumbar un mito muy conocido en el ambiente musical: el oído absoluto.
El oído absoluto
Desde que estudiaba en el Conservatorio Nacional de Música, se nos enseñó que existen dos tipos de oído: el oído absoluto y el oído relativo. El oído absoluto por definición es la capacidad de reconocer cualquier nota o sonido, ubicándolo de forma inmediata con su nombre, e incluso en casos muy radicales hasta por frecuencia exacta de vibración.
Para asombro de muchos y tristeza de otros jamás se nos dijo si era posible desarrollar esta capacidad, se hacia ver casi como un «don» divino que definía la alta calidad de los mejores músicos, actuales y de la historia. Nuestro reconocido flautista de pico Horacio Franco, posee uno de los oídos más precisos del mundo y músicos legendarios como Beethoven y Mozart lo poseían también. Esta habilidad no solo servía para impresionar a sus contemporáneos, sino que era su principal herramienta de trabajo y composición. No olvidemos que Beethoven escribió sus ultimas sinfonías privado completamente de la capacidad de percibir los sonidos de su entorno, pero nunca estuvo privado de escucharlos internamente.

El oído relativo
El oído relativo, de menor «estatus» que el anterior, se define como la capacidad de percibir un sonido o frecuencia e identificarlo con su nombre pero con la ayuda de otro sonido de referencia. Es decir, que podemos percibir o reconocer la nota FA# cuando previamente hemos escuchado un DO, al tener estos dos factores, la persona puede reconocer sin lugar a dudas las notas.
Una vez explicados los conceptos básicos, les diré que la capacidad de escuchar y reconocer los sonidos musicales o las frecuencias sonoras no es ningún don divino y es más, existen infinidad de personas con estas capacidades, porque todos podemos desarrollarlas.
¿Como desarrollar el oído absoluto?
Reconocer un sonido no es más que el resultado de familiarizarnos con él. Y demostraré que todos tenemos esta capacidad: Si yo, amigo lector te preguntara, ¿cual es el color de tu camisa favorita? ¿podrías decírmelo? Claramente, la respuesta seria afirmativa y no solo sería afirmativa, sino que yo podría presentarte 5 camisas con tonalidades de color similares y tu serías capaz de reconocer tu camisa entre todas ellas. Esto es porque has creado un hábito y una familiaridad con dicho color.
Pongamos otro ejemplo y en otro sentido. Todas aquellas personas que tengan la fortuna de disfrutar el sabor de una sopa familiar, son capaces de saber si el sabor ha variado un poco, si tiene más o menos sal, o si la persona no se encontraba de buen humor mientras la hacía porque «no ha quedado como siempre».
Seguro en este momento me dirán, pero eso no es ningún ejemplo con los sonidos. Aquí se los presento:
Cuando usted hace una llamada a sus amigos o familiares, sean niños, adultos, hermanos o amigos, todos somos capaces de reconocer si estamos hablando con una persona u otra en el mismo segundo en que nos responden con un «¿Bueno?, ¿Hola?». Hay personas incluso, capaces de identificar si el motor de un automóvil se encuentra en buen estado o está fallando, por el simple hecho de encenderlo y escucharlo.
Pues bien, para tranquilidad de todos, les digo que el ser humano por instinto, adaptación y necesidad, ha desarrollado la capacidad de reconocer hasta las más sutiles diferencias en colores, sabores y sonidos.
Actualmente, yo puedo escuchar una nota o una composición completa y mi cabeza me dirá inmediatamente los nombres de todos los sonidos que escuche. Y quizá yo pueda decir que he sido bendecida con dicho don, pero en realidad lo que ha ocurrido es que llevo más de 20 años de mi vida escuchando y dedicándome a reconocer los sonidos musicales. Más aún cuando los últimos 7 años realice esta actividad con mayor ahínco, ya que tuve un dueto musical de violín y piano con el profesor Isaí Ruiz. Gracias a esto, dedique 7 años a perfeccionar mi capacidad de escuchar y reconocer la afinación de mi instrumento para lograr un ensamble idóneo. Yo deseaba la excelencia en mi afinación como violinista ya que esta me proporcionaba un delicioso resultado sonoro, para deleite de todos nuestros escuchas. Y para lograrlo, tuve siempre a mi lado el acompañamiento de un piano digital profesional que siempre, siempre, estuvo afinado.

Así que amigos míos, nunca se sientan menos ni apantallados ante conceptos de este tipo, actualmente tú posees increíbles capacidades para reconocer con excelente precisión todo tu entorno, si deseas volcar estas habilidades en tu desarrollo musical, todo lo que debes saber es que la costumbre y el empeño que pongas en ello te ayudarán a lograrlo!

Me gusta mucho el arte en general y en especial la música del violín. Estudié mi carrera como violinista en el Conservatorio, y ahora me dedico de tiempo completo al proyecto de Music Love. Puedes tomar clases online conmigo haciendo clic aquí.
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